lunes, 1 de septiembre de 2008

Una noche a solas

Ésta foto me trae recuerdos muy buenos. Una noche en la que estuve de muy mal humor porque nadie quiso acompañarme a la fabulosa noche de primavera del 2008 en mi ciudad...
Esa noche me paseé por el centro, dí varias vueltas del zócalo hasta Dr. Mora y viceversa. Pude apreciar una variada oferta de espectáculos de primera calidad. Fué extraordinario escuchar a la orquesta sinfónica de la Cd. de México. También apreciar un extraño show circense de parte de Garra Producciones. Ésto en el zócalo, donde yo esperaba impaciente el inicio del concierto de Salvador y los Leones. Pero como ésta presentación era de las últimas de la programación del zócalo, no podía quedarme ahí esperando sin disfrutar de todo lo que el centro me ofrecía esa noche, por lo que me fuí siguiendo una procesión de poesía y cuentos de horror que culminaría con el encuentro del narrador, Jermán Argueta.
En esa ocasión yo me fuí con los ojos pintados, o ensombrecidos, o ambos...y vestido de color negro con un llamativo bafomet colgando de mi cuello. Por supuesto, ante la pinta de los personajes que encabezaban la marcha, yo parecía encajar muy bien, a pesar de no traer túnica como ellos. Los curiosos me veían, como siempre, aunque con menos morbo que de costumbre.
La procesión de repente se cruzaba con algunos grupos carnavalezcos cuya alegría no podía ser más contiagiosa. Al ritmo de sus tamborazos y llamativas figuras causaban un alboroto entre la multitud. Y entre tanto alboroto, me percaté que a mi izquierda estaba la capilla Corpus Christi, en donde en ocasiones anteriores había disfrutado a Ensamble Galileo y a Jeanette Macari...decidí entrar a ver qué ofrecía ese lugar. Y me cautivó el bello recital de música de cámara que ahí se llevaba a cabo. El lugar estaba sobresaturado, y el público extasiado ante tan sublime interpretación. Desgraciadamente no recuerdo el nombre del ensamble. Lo único malo en ese lugar es que los encargados de seguridad se negaban a cerrar las puertas, y ante tal decisión, todo el escándalo festivo de afuera se introducía libremente a la capilla y dificultaba la apreciación del concierto. Como sea, disfruté 4 canciones y entonces me salí, creyendo poder observar a la procesión de lejos y alcanzarla. Pero no fué así. Desaparecieron y no volví a dar con ellos. No me quedó claro cuál era su destino, así que me regresé al zócalo. En el camino disfruté de ópera en los balcones del Museo del Estanquillo. Ya en la plaza de la constitución, aún faltaba rato para que comenzara el concierto que esperaba, por lo que me fuí al Museo Interactivo de Economía a presenciar las grandes bandas...jazz, danzón y otros estilos se encontraron ahí. Chale...ver a las parejas bailando me provocaba cierta incomodidad. Eso de andar sólo y ver tanto derroche de amor ps si es gacho, pero bueno...ya en vísperas de la hora en que programaron a Salvador y Los Leones, me regresé rápido al zócalo y esperé a que salieran a escena. Ésta era la tercera o cuarta vez que los veía en vivo. Y pues es un deleite verlos en un lugar tan grandioso como el zócalo.
Disfruté demasiado la tocada, y acabando ésta, me dispuse a culminar la noche en un lugar (que no recuerdo) que contaba con una programación muy versátil, donde proyecciones cinematográficas de horror daban paso a pequeñas intervenciones musicales para luego continuar con más películas. El lugar ese estaba precisamente por Dr. de la Mora, pero jamás dí con el dichoso lugar. Sin embargo pude ver, cerca de ahí, a la Sonora Santanera.
Luego me alejé...me alejé de todo, del ruido, la gente, etc. Me senté en una banquita afuera de un 7 eleven y ahí permanecí un rato, reflexionando, sintiendo mi soledad, recordando...añorando...cuando depronto un chavo me pregunta dónde había comprado mis llamativos zapatos de muro. Le respondí y se fué, luego de decirme que le habían encantado. Y bueno, ese chavo iba sólo, seguramente había pasado una noche como yo, entre cultura, entretenimiento y diversión, pero sólo. Y se fué caminando, sin saber que el haber cruzado unas breves palabras con él, había iluminado mi noche. Al menos puedo contar que "hablé" con alguien. ¿Cuántas otras personas no habrán estado en algún sitio del centro, sólas, reunidas todas en ese sitio por el único interés de disfrutar de la noche de primavera?. Tal vez no tenga demasiada importancia...quizá en ese momento no se la dí. Pero como hoy mi visión del mundo es distinta y se tiñe de otras necesidades, recuerdo ésta noche con más nostalgia que nunca...
Lo que daría por ir, el próximo año, con alguien de la mano, o quizá no, pero con alguien...

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