viernes, 5 de septiembre de 2008

El puente



Hay como 500 momentos en mi mente en que pasé por lugares nada fantásticos. Digamos que representaban el puente entre mi letargo y el movimiento urbano que tapizaba mi silencio.
Por lo regular, tenía que encontrar algo intenso del otro lado del puente. Quizá algún suceso plausible o una tenue llovizna de carcajadas. Pero solía vivirlo con toda intensidad.
El puente...no siempre me conducía al mismo sitio. A veces me llevaba a través del tiempo. En ocasiones su centro se quebraba y yo caía en un abismo. Pero tiempo después aparecía otro puente allí, en esa terrible oscuridad.
Así, el puente me transladaba a sitios tan reales como excepcionales. Era un tormento saberme dependiente de ésta cotidianidad.
Avanzar representa un riesgo permanente. En ocasiones prefería retroceder para analizar el problema, pero entonces el puente me ofrecía otro camino.
¡Ah, cómo extraño respirar dentro de ese capullo incierto, pero lleno de expectativas puras sobre mi franco destino!.
Si la luz cósmica fuése en realidad un proverbio alimentado por la fé religiosa de quienes pisan la tierra, y ésta guiara a la emancipación, la seguiría sin parpadear, corriendo cualquier riesgo infame, pretencioso y desalentador. Correría por alcanzar ese brillo en mi sien que me hiciera un ser bendito capaz de producir el llanto venéreo en quienes desdeñaron mi necedad remota de sentir ese palpitar interno.
Pero...la luz no se manifiesta aquí. El cielo es una ilusión. La lluvia se lleva la calma...
Hay como 500 momentos en mi mente en que pasé por lugares nada fantásticos. Y entonces me pregunto...¿para qué salí de esa prisión?. Yo tan sólo pretendía encontrar un campo llano, listo para sembrar mis sueños y ver crecer mis placeres fantásticos. Regar las reminicencias de aquélla infancia tortuosa...quemar mi piel y evaporar mis sentidos.
¡Estoy harto de éste ostracismo hipócrita!. Quisiera ver florecer mis recuerdos. Comenzar a vivir en retroceso...quisiera regresar a ser parte de la tierra. Ahí donde sentía la vida y el movimiento. Donde mi imaginación acaparaba el universo entero. Quiero volver a ser silencio.
Quiero ser tierra...vivir bajo ese puente.

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