lunes, 5 de abril de 2010

Las uñas y el sexo retorcido masculino

¿Quién diría del terror tan morboso que puede acoger, en un muchacho incomprendido, la mutilación parcial de aquéllo con que puede admitirse propiamente él?

Es terrible si te pones a pensar la vida en un pozo.

El sexo retorcido de unas axilas sudorosas y apestosas que se asoman por las mangas de la camisa de un jóven exiliado de sí mismo. ¿Qué formas tan diversas pueden hallarse en un sobaco del mundo efímero, un mundo en franca decadencia emocional?

¿Qué bella fragancia puede obtenerse del sudor de un hombre postrado por los hombres, en una noche caliente, a la luz de la luna, con la mano derecha tomando su pene que derrama su néctar sagrado?

¿Qué puede pasar?
¿Qué puede salir mal?

Es el asco del mundo hacia la piel subversiva que explota en silencio...



Próximamente dos extravagantes capítulos de Los Placeres de Morfeo.

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