miércoles, 29 de octubre de 2008

Ayer que desperté a tu lado


Te ví, como sombra enraizada, flotar a mi lado, ocultando tus miedos, si es que hubieren. Pero tras de mí se escondía otra realidad: Tú no tenías miedos, y bajo el suelo me atrapaban tus múltiples enfoques racionales, que sin ser precisos, me atormentaban por no haber construído a tiempo mi escalera.

Pasaron algunas horas sobre mí, y cada palabra y mirada que arrojaste, las guardé para el anochecer, pues el silencio impregnado en las cenizas horas de mi ausencia del -todo- me ayudan a comprender tus pretenciones. Podrías haber sangrado si tu tacto fuese más cercano, o pudiste haber burlado mi entendimiento, llegando al intento más ingenuo de descubrir mi torpeza; finalidad masiva del ser y estar presente en mi cueva solitaria. Y te introdujiste sin pensarlo demasiado...y te veo recorrer mis pasillos algunas veces. Y te observo hablar a lo lejos...y te escucho acercarte cuando en realidad te alejas.

No hay comentarios: