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Cuán larga es la estupidez que respiro...me ha dejado sólo, me ha cautivado entre sombras.
Por años sombríos me pude recrear, fungiendo de mil formas posibles, conectando mi realidad con la incongruencia del vulgo. Me arrastré cual gusano entre pasillos húmedos y oscuros, y depronto sufría espasmos al sentir que el vacío cobraba forma. Así la estupidez que aquejaba mi existencia se volvió parte de mí, al sentirme débil mientras leía cierta filosofía de antaño. Y otros tiempos igualmente se arrastraron tras de mí, para caer en forma de éstos años sombríos, de los cuales quedé debajo, imaginando que tus piernas liberaban la realidad y caminaban sin temor, salpicando carne, salpicando sangre, envenenando los sentidos y llevándome a la risa por cortas estaturas y ojos saltones, brazos enrojecidos y granos cubriendo el rostro más amable. Así me regocijo ante la desesperación de no entender cada cual su destino. Y cada uno tiene historia aparte, y cada uno tiene sangre por dentro.
Entiendo en tí, pero te vislumbro tras el fuego. Veo más brazos de los que en verdad tienes, y más cabezas de las que jamás imaginé. Veo en tí una cercanía peligrosa, pero realmente hermosa. Eres una llama más, y con mis rezos te apagas. Sé que podría desaparecerte de mí, pero es un tanto obsoleto el dejarlo todo así, ante mí, mi imágen, mi ser, mi olvido. Eres ese fuego que cualquier imbécil podría dispersar. No tienes fuerza ni resistencia, sólo el brillo que te he dado. ¿Y en verdad piensas seguir viviendo así?.
Yo prefiero arder, arder...arder....pero nunca cambiar mi estructura.